Qi, la energía, energía vital, vida, lo vivo.
No se puede vivir sin Qi, el Qi es la energía básica para la vida.
Vivir es tener Qi. Del Qi se nutre cada célula, cada órgano, cada sistema, cada parte de nuestro cuerpo. Cuando hay un desequilibrio, deficiencia de Qi y otras sustancias en nuestro cuerpo, hay una inmunidad deficiente, una enfermedad.
Con Qi en equilibrio, el organismo tiene vitalidad, armonía, está en homeostasis, tiene un equilibrio, realiza sus funciones correctamente.
Cada síntoma o signo en el cuerpo fuera del funcionamiento normal es indicativo de desequilibrio y un cuerpo sano no sufre enfermedades ni trastornos.
La energía Qi y la sangre (Xue) son inseparables, la sangre se mueve gracias al Qi y el Qi se nutre gracias a la sangre, esto es la vida. Si el flujo de Qi se bloquea, se inhibe la circulación de la sangre y si hay una obstrucción de la sangre, la energía se agota porque no se nutre.
El flujo perpetuo de este ciclo es nutrir y rejuvenecer a los órganos y a todo el cuerpo.
La salud es un equilibrio en la energía del cuerpo, energía vital Qi, que es la base de los procesos fisiológicos y también en los procesos emocionales y mentales. Por diversos motivos como el estrés, mala gestión de las emociones, mala alimentación, vida sedentaria, malestar emocional y otros factores externos, perjudican nuestro Qi, nuestra salud.
La Acupuntura restaura y reestablece la energía, el Qi, regula su flujo, tonifica y equilibra las funciones del organismo, fortalece el sistema inmunológico, sistema nervioso (y estimula la liberación de endorfinas), actúa sobre la sangre, mueve la circulación, regula el funcionamiento de los órganos, clarifica la mente.
La Acupuntura como hábito saludable.
A lo largo de la historia de la Medicina Tradicional China, el interés por la longevidad ha llevado al desarrollo de una extensa teoría para el mantenimiento de la salud.
Excelente como hábito por su eficacia e innumerables ventajas y como tratamiento anti-envejecimiento.