“Que el Alimento sea tu medicina y la medicina tu alimento”
(Hipócrates 460-377 a.C.)
Nuestro cuerpo necesita energía para poder rendir diariamente, y si no le proporcionamos lo que demanda, nuestra salud y bienestar comienza a empeorar, muchas veces evidenciándose a través de pequeños síntomas que son la alerta que nos indica que algo se está produciendo. Por eso, una nutrición energética y adecuada es pues un elemento clave para la salud, teniendo en cuenta que si la calidad de los alimentos es buena, buena será también la calidad de nuestra salud y del modo de vida que tengamos.
Cuando consumimos los alimentos de forma “fragmentada” o “refinada”, también se fragmenta su energía a la vez que se reducen enormemente muchos nutrientes o se pierden, haciendo de esta sustancia un elemento “desvitalizado”, sin energía, desequilibrado. Y la naturaleza, nuestra naturaleza, detesta el desequilibrio.